lunes, 1 de julio de 2013

DICTADURA HETEROSEXUAL

Partiendo de un concepto de la sexualidad, que incluye mucho más que el “mete-saca” en los diferentes perfiles y urbanidades (cortesanía, comedimiento, atención y buen modo). Con esto en mente, conjugar un concepto que defina la sexualidad como un valor, como una oportunidad, como una capacidad. Con enfoque de género, con perspectiva de equidad y con enfoque de diversidad.

Desde aquí, busco un cambio de modelo que me lleve a desarrollar una sexualidad activa, afrontada desde el conocimiento y la reflexión del proceso de sexuación humana. Que me precisa tener conocimientos de los diferentes aspectos del hecho sexual humano, desde un punto de vista crítico y superador. Una búsqueda, conscientes de la importancia de la sexualidad para la salud de mi persona. Una evolución que  requiere que tengan trabajadas las actitudes ante la equidad entre hombres y mujeres, entre todas las formas de la sexualidad, y entre todas las personas sea cual sea su condición o sus capacidades y con un lenguaje que enfatice los potenciales en dinámica corporal.

También, una transformación para que desenvaine el deseo sexual fuera de la que entiendo es la reinante dictadura heterosexual.

El deseo sexual, considero yo, que es performativo. Quiero decir que es un proceso que durante el transcurso de la vida y en cada momento presente va permutando y, digámoslo así, ajustándose a las preferencias de la persona (gusto, deseo, necesidades, valores,…). Un continuo que no tiene por qué darse en todas las personas y/o en todo momento de la vida.

De cómo se conciba la persona y como se relacione, en esa etapa de su vida, con ella misma y con sus coetáneos/as, dependerá su modo de concebir el universo del deseo sexual, su actitud, su proceder, su táctica, sus conductas, su talante, etc.

Claro está, que determinará que las personas nos licenciemos para este vivir cambiante, el Modelo de Moral Sexual Cultural que impere en nuestra sociedad y que demos por aceptado, esto es, el Grado de Agresividad, las Conductas Sexuales, la Estructura Social y la Forma de Vinculación Sexual. Así como, la Vergüenza, los Miedos y la Culpa que nos someten, fruto de siglos de una cultura judeo-cristiana dominante en nuestra sociedad.

A lo que yo me pregunto ¿qué tanto de Tolerantes seriamos, somos, para con aquellas personas que optan por vivir “modulablemente” su vida sexual? Y, me atrevo ir más allá en mi cuestionamiento: ¿cuánto de condescendientes, compresivos y complacientes seriamos, somos para con nosotros/as mismos/as?

No he insertado ninguna imagen, deliberadamente, porque entiendo que en cada cual tiene su propia imagen sobre la sexualidad. Aquí les he expresado unos pixeles de los que componen mi imagen.

juan carlos canto manteca